El ministerio de Agricultura de Brasil junto con especialistas de universidades está realizando pruebas piloto de nuevo modelo de inspección que identifica posibles riesgos de contaminación de la carne por microorganismos en la porcicultura industrial.

El control se hace en las etapas ante y post morten de los animales. Uno de los cambios en estudio es separar determinadas partes para la inspección en salas específicas. Han iniciado el programa piloto en la planta de la BRF de Concordia (SC). A partir de este mes, se iniciarán pruebas también en los estados de Rio Grande do Sul, Minas Gerais y Paraná. En paralelo, los investigadores trabajan en la evaluación del riesgo de contaminantes de la avicultura, incluidos los análisis de laboratorio.

La expectativa es extender las pruebas a los establecimientos el próximo año. Entre los patógenos, la Salmonella será objetivo específico de un programa nacional de reducción, que entrará en vigor para todos los establecimientos con Sello de Inspección Federal (SIF).

El mayor riesgo es la contaminación de la carne con microorganismos no detectados por la inspección, que dependen de la investigación de laboratorio. Los investigadores recomiendan que el servicio oficial mantenga en el post morten, un examen en la línea, de los ganglios mesentéricos (inflamaciones en el abanico membranoso que une varios órganos a la pared del cuerpo), con el departamento de inspección final haciendo las verificaciones de los procedimientos y decisiones realizados por la agroindustria. Asimismo, el veterinario oficial deberá llevar a cabo la verificación de los procedimientos de higiene y certificación de los lotes.

Los investigadores consideran que el objetivo del cambio de la inspección está vinculado a la exigencia de mantener la salud pública y la calidad de la carne producida en Brasil, detectando en la línea de sacrificio los posibles peligros. La primera fase del proyecto se concentró en la recogida de datos sobre el sacrificio fiscalizado por la inspección federal en Brasil. Se analizaron datos del 100% de los mataderos con SIF, los cuales representan el 86% del sacrificio nacional de cerdos, creados en sistema tecnificado, confinado y bajo control veterinario.

Los resultados de los análisis mostraron que el riesgo de infecciones alimenticias es muy bajo, pues la mayoría de los rechazos de la canal se debían a la detección de lesiones y defectos relacionados con fallas de calidad en la cría, el transporte y el sacrificio del animal. Por lo tanto, el examen ante mortem debe ser realizado plenamente por el veterinario oficial, que deberá examinar el 100% de los lotes. En la evaluación post mortem, sólo algunos exámenes realizados en vísceras y canales van a ser ser mantenidos.

Fuente: Agrodigital.com

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